Materialismo en la cultural hypebeast
En la cultura pop, “hypebeast” es un término despectivo usado para describir a un individuo que colecciona ropa, zapatos y accesorios de lujo para aumentar su estatus. Los hypebeasts suelen llevar un batiburrillo de marcas de moda callejera, como Supreme, Off-White, Vetements, Antisocial Social Club y Bape. Si Los Ángeles tienen Melrose Avenue y Londres tiene el Soho, Tokio se jacta de Urahara, un paraíso para los hypebeasts y los entusiastas de la moda. Pero esto saca a relucir la gran pregunta: ¿cómo se originó la cultura hypebeast?
La cultura hypebeast es un subgénero de la cultura de moda callejera, un estilo que emergió del Californian surf and skateboard lifestyle. La moda callejera mezcla ropa casual, como camisetas, sudaderas anchas, capuchas, vaqueros y zapatillas, con elementos deportivos y del hip hop. Con sus orígenes en un pequeño negocio de alquiler de tablas de surf y vendiendo camisetas con logos en Los Ángeles durante los 80, a menudo se le atribuye a Shawn Stussy de Stüssy el mérito de transformar la moda callejera de una subcultura a un estilo lujoso de alto nivel. El movimiento de la moda callejera se extendió a todo el mundo durante los 90, cada vez con más marcas lanzando sus productos. En Japón, esto marcó un cambio esencial hacia la creación de líneas de ropa urbana a manos de los Urahara pioneers , como Nigo, fundador de A Bathing Ape (o “Bape”). Estos consumidores de moda callejera formaron la primera ola de cultura hypebeast. Mucho más relajados que los hypebeasts actuales, la primera ola disfrutó de una cultura que trataba sobre la autoexpresión, el sentimiento de pertenencia y una verdadera pasión por la comunidad. Hoy en día, este no siempre es el caso.
Los estilos hypebeast varían en todo el mundo. Por ejemplo, los hypebeasts japoneses son conocidos por centrarse en la individualidad, mientras que los chinos tienden a enfatizar los artículos más de moda. La preferencias de las marcas también difieren de un lugar a otro: los hypebeasts estadounidenses suelen comprar Jordans y Supreme, mientras que los británicos son más de Yeezys y Palace. Los hypebeasts no se lo piensan dos veces a la hora de comprar artículos de moda callejera que hayan llevado sus celebridades favoritas. Las marcas de moda callejera tienen que realzar su valor de marca para mantener la competencia; y actualmente esto lo consiguen con el respaldo de las celebridades. Con la ayuda de Internet, las redes sociales y los famosos que visten moda callejera en su tiempo libre, los bienes de moda callejera pueden hacerse virales en una sola noche. De este modo, no debería resultar sorprendente que los artículos que llevan las celebridades se vendan en pocos segundos.
Image courtesy of Hypebae.
Ese sentido de la exclusividad alimenta tendencias materialistas: cuanto más caro y raro sea un artículo, mayor será el prestigio.
Las marcas de moda callejera también cultivan el valor de marca a través de la “cultura de lo exclusivo” de Supreme. La cultura de lo exclusivo implica lanzar productos de edición limitada o colecciones cápsulas en ciertas tiendas sin anunciarlo previamente. Movidos por la ilusión de la rareza, los hypebeasts hacen cola durante horas para conseguir esos bienes tan lucrativos. Algunos incluso pasan la noche en tiendas de campaña o viajan por todo el mundo solo para comprar esos artículos. Ese sentido de la exclusividad alimenta tendencias materialistas: cuanto más caro y raro sea un artículo, mayor será el prestigio. Los hypebeasts acaban comprando estos artículos: martillos Supreme, bocinas Supreme… ¡hasta ladrillos Supreme! Solo por el placer de comprarlos.
Y si no conseguisteis comprarlo en la tienda… ¡siempre hay reventa! El boom de la moda callejera creó una enorme demanda en el mercado de reventa dedicado a comprar y vender productos de moda callejera para obtener beneficios. De acuerdo con el revendedor online thredUP, se espera que el mercado de las reventas alcance los 41 mil millones de dólares en los próximos tres años y se ha extendido 21 veces más rápido que el mercado de venta minorista desde 20161.
Este rápido crecimiento ha llevado a los individuos a revender sus artículos de moda callejera en sitios como StockX o GOAT para capitalizar la tendencia. Los vendedores no dudan en vendelos al triple del precio recomendado, especialmente si son de edición limitada. Por ejemplo, la edición limitada Melody Ehsani Jordan 1s, que salió el 15 de noviembre de 2019, valía al principio 13.000 yenes. En el mercado de reventa, los precios alcanzaron los 93.500 yenes… ¡lo que vale el alquiler para muchos tokiotas! El principal problema es la creciente falta de apreciación por la propia cultura de moda callejera. Las conversaciones se centran en por cuanto se están revendiendo los artículos y no en una genuina pasión por el producto.
La cultura hypebeast solía tener actividades culturales tranquilas. La persistencia de algunas marcas de moda callejera en la “cultura de lo exclusivo” y el mercado de celebridades alimentando el valor de marca ha convertido la cultura en un pasatiempo materialista. Actualmente, los hypebeasts se sienten cada vez más alentados a consumir para mantener el “hype”… y piensan hacer todo lo que sea necesario para ello. Al final, lo más importante es ser más responsable con las tendencias materialistas de la cultura hypebeast. La motivación subyacente tras nuestra razón para consumir y cómo consumimos la moda callejera es lo que marca la diferencia.
Escrito por Vania, traducido por Ismael.
Imagen destacada cortesía de Highsnobiety / Eva Al Desnudo.
1 thredUP (en inglés)