Recorrido por el dormitorio: juventud, identidad y estilo alternativo
Revestir la pared rosa princesa de tu infancia con pintura negra mate es una experiencia estimulante. Tal vez tu comprensiva madre sonreía de oreja a oreja, ¡su bebé estaba desarrollando una personalidad! ¿Y tu padre? Frunció el ceño; aversión a la decoración gótica, sin duda. Invitaste a tu mejor amiga porque estabas muy emocionada por darle una vuelta por tu dormitorio. Exploró tus láminas de anime pegadas por todo el techo, los álbumes de grupos musicales de los que eres fanática y las cortinas de encaje de Ikea.
Desde entonces, has probado distintas decoraciones. Hubo un santuario de Crepúsculo con vino (zumo de arándanos para imitar la sangre). Luego se convirtió en la habitación psicodélica y con arco iris cuando el negro se volvió demasiado monótono. Sin embargo, el espacio entre la cama y la pared guardaba tus secretos más profundos y oscuros: diarios llenos de prosa sensiblera y el poema de amor de un ex. Cada iteración del dormitorio expresaba quién eras en un espacio sobre el que tenías un control casi total.
Imagen cortesía de The Fader.
El dormitorio es un espacio seguro e íntegro para la comunidad. Ahí se crean tanto los buenos momentos como los malos. Los momentos felices y tristes pasados en nuestras habitaciones constituyen las experiencias que han hecho de la comunidad lo que es hoy. El dormitorio es el lienzo que la comunidad utiliza para relatar sus vidas.
La mayoría empezó a explorar y experimentar en sus dormitorios porque fue el primer lugar que podían llamar suyo. Las paredes suelen ser la primera víctima de la expresión adolescente temprana. Purikura, flechazos con famosos, recortes de revistas y garabatos que se extienden por cada centímetro de pared como una galería descolocada. Para los nuevos en la moda alternativa, es el único lugar privado para expresarse plenamente en su casa. Los padres y hermanos no siempre entienden por qué os habéis rasgado las mallas a propósito u os habéis cortado esa larga melena. Tampoco saben por qué todas las habitaciones de la casa, excepto la vuestra, son de color beige (escalofrío).
Imagen cortesía de Design Corral.
El sello de la adolescencia es que los adultos os tratan como a un niño pero esperan que actuéis como un adulto. Llaman a la puerta para respetar vuestra intimidad, pero ignoran el cartel de «No entrar» que hay en el pomo de la puerta e irrumpen de todos modos. Para la comunidad, las habitaciones representan la búsqueda de vuestro propio estilo alternativo y vuestras aficiones sin miradas indiscretas. Leer manga, ver anime, unirse a un foro de moda kawaii en línea requiere un espacio seguro. ¿Imagináis descubrir el yaoi delante de vuestro hermano o padre? No, gracias.
Como veis, la mayoría de la comunidad se topó con el anime o la moda Harajuku al navegar por Internet con un ordenador de sobremesa o un portátil. Y la simple practicidad hizo que el escritorio se convirtiera en un portal para conectarse con amigos online y publicar fan-fiction. Los bolígrafos de Hello Kitty y las pegatinas de Sailor Moon se colaron en un escritorio que ya no estaba destinado solo a los deberes. Las fotos que adornaban la pared sobre el escritorio recordaban convenciones de anime, fiestas de té Lolita y preparativos para una reunión con amigos de la vida real.
Os costó semanas ahorrar la paga, pero el maremágnum de ropa que impide que vuestro armario se cierre es una carta de amor a vuestras marcas favoritas de Japón. (No puedes visitarlas físicamente, pero sí comprarlas por Internet). Las enaguas cuelgan triunfantes en perchas rosas. Los vaqueros se hacen bolas y se meten en un agujero negro detrás de todos los volantes. Si pudiera hablar, vuestro armario diría una cosa: «¡Mira! Esto es lo que me gusta y esto es lo que soy».
Imagen cortesía de @Angel Marie a través de Tumblr
Es importante rodearse de aficiones, moda y recuerdos, porque nos ayudan a salir de los lugares oscuros y a entrar en espacios seguros. ¿Recordáis vuestro primer desamor? Cuando las palabras ácidas de vuestro ex os hicieron sentir que nunca volveríais a ser felices. ¿Y aquella vez en la que un desconocido se burló de vuestras botas de plataforma arcoíris? Las lágrimas mojaron vuestra almohada como una piscina. Pero, entre sollozos, las polaroids de la pared os recordaban la comunidad. Así que pusisteis vuestra canción favorita, cogisteis un conjunto que no os habíais puesto y bailasteis como si nadie os viera… porque, bueno, nadie lo hacía.
La dualidad de que nuestros dormitorios sean un espacio seguro forma parte de la comunidad de la moda alternativa. No son solo cuatro paredes y una cama. Si un dormitorio fuera solo un lugar para dormir, no cambiaríamos los muebles tan a menudo. Un dormitorio trasciende vuestras experiencias vitales porque os da cobijo en lo mejor y en lo peor.
Escrito por Ash, traducido por Ismael.
Imagen destacada cortesía de Tokyo Fashion.