The COMM

Artículo de reflexión: Baby, las Lolitas no llevan Nikes

En el pasado verano de 2018, Hanegi, una estudiante de 17 años vestida de la marca Lolita Baby, The Stars Shine Bright, puso Instagram patas arriba. ¿Por qué? Porque combinó su atuendo Lolita con un par de zapatillas Nike rojas y blancas, concretamente el modelo More Uptempo Scottie Pippen. Dicha combinación causó una gran controversia, había gente que estaba radicalmente en contra y gente que lo apoyaba al máximo.

La moda Lolita no es conocida precisamente por su aire casual, normalmente los conjuntos recargados incluyen un par de zapatos o tacones igual de adornados.

Muchos felicitaron a Hanegi por su atrevido enfoque y por aportar ese increíble giro a un estilo que a menudo se presenta con muchas reglas; otros la reprendieron por no seguir esas reglas.

Eso me hizo pensar: “¿Hasta qué punto podemos combinar la moda urbana y la kawaii?” Ambos estilos parecen estar en extremos opuestos del espectro de la subcultura de la moda. En este número ya hemos encontrado un par de formas en las que se pueden combinar, pero en su mayoría The COMM ha experimentado con colores adorables añadidos a una silueta que ya encajaba en la moda urbana. ¿Podemos ir un paso más allá y combinar un estilo tan poco convencional como el Lolita con Techwear, por ejemplo?

Primero deberíamos analizar los elementos que diferencian tanto a ambos estilos. Si pensamos en la moda urbana, su imagen normalmente es estereotípicamente masculina, guay, oscura y minimalista. Los estilos japoneses que presentamos suelen ser de colores vivos, muy elaborados y estereotípicamente femeninos. En teoría parece que estos dos estilos no combinan para nada, pero cuando tratamos con la moda, la experimentación es algo fundamental. Tal y como ha hecho Hanegi, nosotros también deberíamos aventurarnos en otros estilos, inspirarnos en ellos y llevarlos a nuestro propio estilo. ¿No debemos llevar la moda un paso más allá para que evolucione?

El aspecto sociológico del calzado también es fascinante. En el libro Sneakers: Fashion, Gender, and Subculture, su autor, Yuniya Kawamura, resume la historia del calzado con especial atención a las zapatillas de deporte. Los diferentes materiales, alturas, forma de la puntera y demás aportan formalidad, funcionalidad e incluso estatus social. Esto apoya la indignación contra Hanegi, que parecía indicar que el tipo de zapato que lleva no era apropiado para el conjunto. Pertenecía al extremo opuesto del espectro de la moda kawaii, que acostumbra a llevar calzado poco práctico, recargado, y en el caso de la moda Lolita, formal. La moda urbana es sobre todo práctica, casual e informal. Por eso para muchos los zapatos no solo representaban una mala elección a nivel estético, sino a nivel estilístico también.

Siempre he querido cruzar los límites entre estilos y me he asegurado de que aquellos que aparecen en The COMM se sientan libres de expresarse sin miedo a ser rechazados. Me siento totalmente identificada con Hanegi, que seguramente no querría pasearse todo el día por Harajuku con unos incómodos tacones y sacrificó “las reglas” por la comodidad.

Deberíamos estar abiertos a experimentar, y si no funciona, bueno, ¡al menos lo intentamos! En el círculo de una moda alternativa parece contradictorio limitar el estilo de alguien (tal y como hace la moda convencional, ¿no?)

¿El escándalo de las zapatillas de Hanegi supone un paso en la buena dirección? ¿O quizá se ha pasado? ¿Deberíamos ser más abiertos a la hora de combinar la moda urbana con la kawaii? ¿Qué pensáis vosotros?

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